dic
2018
En el marco de un proyecto de simbiosis industrial, las escorias generadas por la planta de valorización energética de TERSA son recicladas en la fabricación de un hormigón con menor huella de carbono.
Las escorias producidas en el proceso de valorización energética de la fracción no reciclable de los residuos pueden aprovecharse para nuevos usos, reduciendo así su impacto ambiental. Así lo viene demostrando TERSA, la incineradora que opera en el área metropolitana de Barcelona, de cuyas 74.177 toneladas de escorias generadas durante el año 2017, una buena parte de las mismas han sido aprovechadas por la empresa Formigons Montcau para la producción de hormigón con menor huella de carbono, abriendo así la puerta a una construcción más sostenible.
Los pormenores de esta operativa, ejemplo de economía circular, fueron dados a conocer el pasado 22 de noviembre en una conferencia que, bajo el título “De la basura al hormigón”, se celebró en Sabadell con el objetivo de establecer sinergias entre empresas y poner en valor la cooperación industrial a fin de posibilitar la conversión de residuos en recursos.
De hecho, la Generalitat de Catalunya, a través de la Dirección General de Calidad Ambiental y Cambio Climático, concedió recientemente a Formigons Montcau el “Distintivo de Garantía de Calidad Ambiental para Productos de Hormigón con material reciclado”.
Esta iniciativa se enmarca en el proyecto de economía circular “Simbiosis Industrial, revalorizamos los recursos sobrantes”, en marcha desde el año 2014 con los ayuntamientos de Sabadell, Barberà del Vallès y Sant Quirze del Vallès, y el apoyo de la Diputación de Barcelona.
La simbiosis industrial responde principalmente a la voluntad de revalorizar los recursos sobrantes de una empresa para que otra pueda aprovecharlos en su proceso productivo, ya sea mediante el intercambio de restos de materiales, energía o agua para que todas salgan beneficiadas.
Fuente: Residuos Profesional desde Aeversu