abr
2017
La FEC celebra la aprobación, por unanimidad, de la proposición no de ley para combatir la obsolescencia programada. Se trata de una iniciativa, presentada por Enric Bataller miembro de Compromís, que insta al Gobierno a poner medidas para combatir la obsolescencia programada de los productos tecnológicos y para reducir la generación de residuos.
Esta proposición de no ley ha sido aprobada, por unanimidad, por la Comisión para el Estudio del Cambio Climático del Congreso de los Diputados, y pide al Gobierno llevar a cabo medidas más efectivas en términos de reducción de residuos, como la prohibición de la obsolescencia programada en el marco de la normativa comunitaria, el alargamiento de las garantías, la compra pública responsable y la promoción y el consumo de productos locales.
La obsolescencia programada es uno de los peores enemigos de la economía circular, ya que fomentan objetivos contrarios. La obsolescencia programada promueve el consumismo desenfrenado poniendo fecha límite a los productos, para después convertirlos en residuos. Mientras que la economía circular propone convertir al residuo en recurso, para alargar su ciclo de vida, entre otras muchas más propuestas sostenibles para el planeta. Es importante que lleguemos a un sistema más equitativo, justo y solidario, donde se produzca una distribución real de la riqueza y se acabe también con esa división, que se está dando actualmente en el marco de la globalización en el seno de la economía mundial, entre países que son exclusivamente consumidores de recursos y países que se dedican a producir bienes con un grave desgaste para todos los bienes naturales.
Hay que tener en cuenta que cortar la vida útil, tal como fomenta la obsolescencia programada, de los productos implica tener que fabricarlos una y otra vez y esto produce agotamiento de materias primas. Esto, a su vez, hace a aumentar las emisiones de CO2 en la atmósfera, lo cual en última instancia favorece el calentamiento global. A su vez, los recursos que se utilizan en estos procesos suelen ser muy contaminantes, lo que conlleva impactos muy graves tanto en las zonas donde se extraen los materiales como en aquellas donde se depositan sus residuos. Por lo tanto, es importante que nos planteemos la eliminación de la obsolescencia programada, también como una manera de redimensionar el sistema productivo mundial.
Tal como explicaba Melisa Rodríguez, de Ciudadanos, en la presentación de esta iniciativa, “en ocasiones parece más económico usar y tirar que reparar y reutilizar” y eso no tiene coherencia.
Desde la Fundación para la Economía Circular (FEC) celebramos la aprobación de esta proposición no de ley, con la que poco a poco avanzamos hacia la economía circular.
Fuente: economiacircular