La Comisión Europea aprueba un paquete de medidas concretas que abarcan todo el ciclo de vida del producto y fomentan el ahorro energético.
La Comisión Europea ha presentado un nuevo paquete de medidas en materia de Economía Circular con el objetivo de impulsar la transición hacia una economía que impulsará la competitividad mundial, fomentará el crecimiento económico sostenible y creará nuevos puestos de trabajo.
Este paquete de medidas es fruto de meses de trabajo que concluyeron el pasado 2 de diciembre de 2015 cuando Bruselas revelaba los detalles de este ambicioso plan que ha tardado más de un año en gestarse y que servirá para ayudar a las empresas y a los consumidores europeos en la transición hacia una economía más sólida y circular, donde se utilicen los recursos de modo más sostenible.
De hecho, según apunta la propia Comisión Europea, este paquete de medidas concretas abarca todo el ciclo de vida del producto: desde la producción hasta la gestión del residuo mediante el reciclado y la reutilización, contribuyendo de esta manera a 'cerrar el círculo' y beneficiar al medio ambiente y la economía. Y es que el objetivo de las acciones propuestas es obtener el máximo valor y uso de todas las materias primas, productos y residuos, fomentando el ahorro energético y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
La transición hacia esta economía circular será apoyada financieramente por los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (ESIF) con 650 millones de euros de Horizonte 2020, la aportación de 5.500 millones de euros de los fondos estructurales para la gestión de residuos, y la experiencia de inversión en la economía circular a nivel nacional.
La transformación de la Unión Europea
Estos incentivos a nivel local de la UE ayudarán, apunta el vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans, a las empresas y consumidores a impulsar la transformación. Se establece como un camino creíble y ambicioso, señala. Y es que, asevera, nuestro planeta y nuestra economía no podrán sobrevivir si mantenemos el enfoque del ‘toma, fabrica, utiliza y tira’. Tenemos que conservar los recursos valiosos y explotar plenamente todo el valor económico que atesoran.
En esta misma línea, ha hablado el vicepresidente Jyrki Katainen, ministro responsable de empleo, el crecimiento, la inversión y la competitividad; quien afirma que esta transición hacia una economía más circular es aproximadamente la remodelación de la economía de mercado, ya que así somos capaces de ser más eficientes con los recursos y reducir la dependencia de las materias primas escasas.
Plan de Acción
El Plan contempla medidas generales entre las que destacan las acciones destinadas a:
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Reducir el desperdicio de alimentos incluyendo una metodología común de medición, mejora en la indicación de fechas y herramientas para alcanzar el objetivo global de desarrollo sostenible para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030.
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Desarrollo de estándares de calidad de las materias primas secundarias para aumentar la confianza de los operadores de mercado único.
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Medidas en el plan de trabajo de diseño ecológico para 2015-2017 para promover la durabilidad y reciclabilidad de los productos, además de la eficiencia energética.
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Una estrategia de plásticos para abordar cuestiones como la reciclabilidad, biodegradabilidad o la presencia de sustancias peligrosas. Todo ello con el objetivo de reducir significativamente los desechos marinos.
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Acciones de reutilización de aguas residuales.
El calendario claro para las acciones propuestas y un plan para un control sencillo y eficaz de la economía circular es, según la Unión Europea, la novedad de este paquete de medidas.
Propuestas legislativas sobre residuos
La propuesta legislativa revisada sobre residuos establece objetivos claros para la reducción de los residuos y establece una ruta ambiciosa y creíble a largo plazo para la gestión y reciclaje de residuos. Además, para garantizar su aplicación efectiva, los objetivos se acompañan de medidas concretas para abordar los obstáculos sobre el terreno y las situaciones de los Estados miembros.
Entre estos objetivos se encuentra reciclar el 65% de los residuos municipales para 2030, así como reciclar el 75% de los residuos de envases para ese mismo año, y un objetivo vinculante de reducir los vertederos hasta un máximo del 10% de todos los residuos antes de 2030.
Asimismo, recoge la prohibición del depósito en vertedero de los residuos recogidos por separado, la promoción de instrumentos económicos para desalentar la eliminación en vertedero, y una armonización de los métodos de cálculo de las tasas de reciclado en toda la UE.
También se establecerán incentivos económicos para que los productores pongan en el mercado productos ecológicos, y apoyo a los regímenes de recuperación de residuos como por ejemplo envases, pilas, equipos eléctricos y electrónicos.